Pinceladas de Historia
Sus orígenes, según los arqueólogos pueden remontarse a la Edad de Hierro. Se les atribuye una raíz celta centroeuropea: los carpetanos. Pudo ser la mítica Mantua Carpetana Celtibérica (capital de los Carpetanos), nombrada por Ptolomeo, cuestión muy discutida por los expertos.
Como ciudad romana se la identifica con Armántica, una de las más importantes de la zona central de la provincia romana Cartaginense. De esta época, labrando tierras en las cercanías, se han hallado tres estelas, cerámicas y abundantes restos.
La huella más importante dejada por los romanos es el «Puente Viejo», emblema de la vitalidad de Talamanca, por ser lugar de tránsito en las rutas que unían la Meseta Norte con Toledo por Somosierra.
Los visigodos también nos legaron su arte. Encontramos su huella en piedras labradas empotradas en las murallas, iglesia, fachada de alguna casa y en los cimientos de edificaciones posteriores.
Hacia el año 852 fue fundada «Talamanka», por el emir de Córdoba Muhammad I, fundador de Madrid, pasando a ser una de las ciudades centinelas destinadas a proteger la Ruta del «Xarama» de las actividades guerreras de Ordoño I, rey de Asturias. Durante el siglo X y mitad del XI tuvo lugar el gran esplendor musulmán, como centro militar vital para la defensa de la Vega del Tajo y como centro cultural, en el que su Escuela Coránica compite con Córdoba y Toledo.
La decadencia del Califato sumada a la presión castellana en lucha continua marca el declive. En 1062 es destruida por Fernando I en su incursión por el reino de Toledo. En 1085 sus restos pasaron definitivamente a los castellanos al conquistarla Alfonso VI, que la cedió a la Iglesia de Toledo en 1091.
Toponomia y Heráldica
HERALDICA
En campo de plata, un león de azur, pasante, mornado y de cola horquillada, sobre un puente de piedra con arcadas, visibles tres, mazonado de sable, colando un río de azur sombreado de plata; En el centro del jefe, una corona oval montante y al natural, cargada en el punto de unión de sus arrayanes de una A de oro.
TOPONIMIA
El significado de Talamanca es distinto según las fuentes o autores; los datos de los que se tiene actualmente conocimiento, abogan por defender que su relación estaría más ligada a una situación de defensa de un territorio, actividades de sus pobladores, y teniendo como referencia un curso fluvial.- Tal* como semejanza de algo – Mancus* defectuoso o incompleto – «Cerramiento incompleto de un campamento defensivo, ciudad fortificada o lugar protegido, a semejanza de …o, junto a…», y en el supuesto de Armántica*, -como guarnición defensiva, lugar extenso al abrigo de…; dedicado a la actividad agropecuaria, concentración, tránsito y «paso» de ganado y mercancías, estando más acorde con los topónimos de las villas y lugares que fueron de su jurisdicción…- Hay que hacer mención al impedimento con que cuenta el ganado lanar para cruzar un río, de la misma forma que lo harían otros animales. Jimenez de Gregorio dice que viene de la raiz «tala»- (tierra pedregosa) o de la palabra cética «talu», que significa enfrente. Ambrosio Ruy Bamba busca sus orígenes en la unión de «Thel» (elevación del terreno) y «Mantua»; otra etimología defiende que Talamanca hunde sus raíces en el árabe («Talc»- y «Al-Manqab») y querría decir la vertiente costera del camino. El nombre de Sansueña también está unido a Talamanca no sin razón, si comparamos su trayectoria histórica a otros lugares que de igual modo presumen de serlo como Zaragoza o Córdoba. Para Pablo Neruda, el significado de Sansueña es Ciudad Soñada. Por último, aclarar que, oficialmente, el pueblo se llama Talamanca de Jarama y no Talamanca del Jarama. El Real Decreto de 27 de junio de 1916 lo dice con claridad: Talamanca, partido judicial de Colmenar Viejo, se llamará Talamanca de Jarama. No se trata de un derecho, honor o gracia, sino de aplicar la partícula gramatical que mejor expresa el hecho que se quiere reflejar, ya sea histórico o geográfico.
Datos curiosos
HERMANAMIENTO CON TALAMANCA DE COSTA RICA
Talamanca de Jarama y la región de Talamanca, situada en Costa Rica, son desde enero del año 2000 poblaciones «hermanas». Talamanca, el cantón número 4 y el más extenso de los seis que componen la provincia de Limón, en Costa Rica, lindando con Panamá, es el cantón en el que habita la mayor parte de la población indígena que se conserva en Costa Rica
Talamanca es uno de los cantones que presentan una mayor biodiversidad ya que su clima va desde el trópico húmedo de la costa pasando por el bosque lluvioso hasta los fríos páramos de origen glaciar de la Cordillera de Talamanca, la más alta y extensa de Costa Rica, con montañas que llegan a los 3.802 metros sobre el nivel del mar. Algunos historiadores llamaron a esta región La Rebelde Talamanca, debido a las tremendas dificultades que afrontaron los conquistadores para someter a las tribus indígenas. Durante largos años muchas expediciones se adentraron en el inhóspito territorio sin lograr plenamente el objetivo de conquista. Sin embargo, en la actualidad son unos pocos miles de indígenas los que sobreviven. Coexistían varios dialectos en la zona: pero según documentos del siglo XVII (1617), el que más se escuchaba era el idioma huetar, lo que demuestra el parentesco de las tribus talamanqueñas con los habitantes del interior del país. El Bribri, idioma que predomina en la actualidad, es muy similar al idioma que hablaban los indios de Tucurrique descendientes de huetares. Además, en la región costera de este cantón tienen asiento la comunidad humana más diversificada de Costa Rica porque en ella se han asentado, además de los indígenas bribris y cabécares, descendientes de afrocaribeños, chinos que vinieron a la construcción del ferrocarril y descendientes de los españoles conquistadores y colonizadores.
Cristobal Colón llegó a Costa Rica en su cuarto viaje, en 1502, aunque la conquista del territorio no se produjo hasta 1560. El oro con que adornaban sus cuerpos los indios que salieron a su encuentro, empujaron a Colon a pensar que esta zona estaría repleta de minas del codiciado metal, llamándola así Costa Rica. Después de cuatro siglos, en Talamanca no queda huella alguna de la colonización española; sólo el nombre de Talamanca ha resistido los embates del tiempo, hasta el punto de representar un punto de referencia para los orígenes de la identidad nacional costarricense. El proceso de hermanamiento de las dos Talamancas comenzó en 1999.
Los promotores de esta idea fueron 2 vecinos de la localidad, Luis Bruzón y Jaime Pereda, que junto con el estudioso de la región indígena, Jurgen Ureña, comenzaron a investigar a fondo el vínculo que unía ambas localidades más allá de la coincidencia toponímica, revelando que la Cordillera Costarricense del mismo nombre había sido conquistada por el español Diego de Sojo y Peñaranda, vecino de Talamanca de Jarama. Diego de Sojo fundó en 1605 la ciudad a la que llamó Santiago de Talamanca (en honor a su villa natal), a orillas del río Telire, dentro del valle Duy, que es como se conocía entonces al valle de Talamanca.
La efímera fundación llegó a su fin en 1610, arrasada por los indios. A partir de esas investigaciones se establecieron contactos con la región de Costa Rica, una reserva natural de gran importancia biológica y natural en la que viven varias tribus indígenas. De las investigaciones históricas y, sobre todo, del acercamiento a la población de las dos Talamancas, nació la idea de realizar diversas actividades basadas en la hermandad y la solidaridad que permitieron unir la extraordinaria riqueza de ambos pueblos.
El proyecto de Hermanamiento fue de especial significación pues en el año 2000 se celebraba el 150º Aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y Costa Rica. La visita a Talamanca de Jarama del Presidente de Costa Rica el 28 de enero de 2000, por entonces Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, fue el detonante para que esta localidad y la zona de la Cordillera de Talamanca de Costa Rica iniciaran los trámites de hermanamiento.
A esta visita también asistieron el por entonces Presidente de la Comunidad de Madrid, el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, las autoridades del Ayuntamiento y la población de Talamanca de Jarama. El Embajador de Costa Rica en España de aquella época, leyó a los vecinos de Talamanca de Jarama una entrañable carta de los indios “Bribris” en la que ofrecían al pueblo madrileño el lugar, los conocimientos sobre su vida y las medicinas naturales, esperando a cambio conocimientos sobre el progreso tecnológico. Simultáneamente a los actos programados para el hermanamiento oficial en Talamanca de Jarama, ese mismo día, en la Talamanca de Costa Rica, Luis Bruzón y Jaime Pereda, como emisarios del pueblo de Talamanca de Jarama, celebraban con los indígenas de la Talamanca Bribri un acto simbólico de unión entre ambas Talamancas, sellándose en vez de con vino, con chicha, la bebida ritual que los indígenas elaboran a partir del maíz.
De este hermanamiento surgieron diversos proyectos de cooperación, algunos establecidos por la AECI, otros por la Asociación de Desarrollo Indígena de Talamanca. Una exposición itinerante de fotografías en Madrid y Talamanca de Jarama, España, San José y Suretka, Costa Rica titulada “Miradas de Talamanca” (Luis Bruzón y Jaime Pereda viajaron a la zona en enero del año 2000. Los retratos fueron tomados en dos comunidades: Suretka y Coroma).
La realización de un documental titulado “La otra Talamanca” (en él se reflejan las diferentes, y al mismo tiempo, integradoras características de los dos pueblos homónimos: sus respectivas formas de vida, historia, tradiciones, religiosidad, arte, etc.). La publicación de un libro titulado “El tigre de agua”, escrito por Luis Bruzón, que nos introduce en el complejo territorio de la Talamanca indígena costarricense. La construcción de infraestructuras, la donación de material para las escuelas, y todas aquellas otras actuaciones que ayudaran a superar las limitaciones que sufren estas comunidades; la última en 2009, año en el que el Ayuntamiento de Talamanca envió una ayuda de emergencia a la comunidad indígena bribri en Yorkin, arrasada por las inundaciones en noviembre de 2008.
Como dato curioso, mencionar que en 2008, en alusión a este hermanamiento, dos calles de la localidad fueron denominadas Costa Rica y Diego de Sojo, respectivamente.